He intentado olvidarte
pero la verdad no me sale
sigues siendo tú
en cualquier par de manos
que intenten acariciar mi nuca.
He intentado de todo
hasta fingir
que no eres nadie
y que no fuiste nunca
el amor de mi vida.
Jamás ninguna excusa
me pareció tan absurda
como aquella de tener
que escribirte
para dejar de recordarte.
Y es que ningunos versos
han sido tan eternos
como aquellos
que riman con tus besos
preciosa.
Ojalá que nunca
te conozcas
para que no eches de menos
las noches
ni tus besos.
Y es que con tu ausencia
cualquier excusa es buena
todos los tragos saben a ti
las sábanas siguen siendo tuyas
y mis manos, sin duda.
Jamás los aeropuertos
me parecieron tan eternos
y tampoco ninguna espera
me pareció tan efímera
hasta que llegaron tus brazos.
Y es que tus manos siguen siendo de aeropuerto,
tus ojos siguen sabiendo a café,
tu cabello sigue siendo un laberinto
del cual no quiero
salir jamás.
Porque jamás
y nunca fue tan eterno
el momento
como aquel
que te volví a ver.
Cuando caminas
mis latidos se van contigo
y regresan
cuando sonríes
en el camino.
He intentado olvidarte.
Alejandro Carcaño Un psicoanalista