Te quiero porque me aceptaste cuando estaba roto e incompleto, porque me aceptaste aún y con esos pocos pedazos que me restaban.
La idea que tienen muchas parejas del amor, es que creen que el amor se trata de encontrar a quien te complete, a quien te satisfaga todos tus caprichos y necesidades.
Muchos están ahí esperando a que llegue esa persona para que les cambie mágicamente la vida, esperando a que las cosas sucedan sin poner de su parte.
De lo que no se dan cuenta es que el amor es cosa de dos. De dos nada más, ni uno más y ni uno menos. Ni amantes haciéndose pasar por amigos o amigas ni madres o padres queriendo meterse en la relación.
Eso de que otras personas se metan en las relaciones es innecesario y a la vez tóxico. ¿Quién va a saber mejor de los problemas o de la relación que los mismos que la están viviendo?
El amor no es buscar a quien te complete, el amor es encontrar a alguien que te acepte con los pedazos que te hacen falta, porque cuando sabes lo que quieres y lo conviertes en tu principal pensamiento, lo atraes a tu vida.
Así que si te la pasas pensando en los problemas como en la falta de dinero, lo vas a atraer. Sin embargo, si empiezas a pensar positivo, empezarás a creer y a atraer buenas energías a tu vida, pero sobre todo, a tu relación.
No evites los problemas, platícalos con tu pareja.
No deseches a la persona que te quiere sólo porque le faltan algunos pedazos, ayúdalo aceptándolo tal y como es… Que tarde que temprano se terminará completando, y con ello, habrán aprendido que el amor también es fortaleza.
Porque al final de todo, las personas somos eso. Seres humanos. No somos objetos.