Un montón de personas se la pasan diciendo que uno “debe”, o “tiene que cumplir” con cierto estándar de actividades en su vida para poder ser feliz.
Casarse, tener hijos, tener un buen empleo, tener una casa, un carro, conocer el mundo, tener un título universitario…
Pero nadie, absolutamente nadie te dice “Tienes que hacer lo que te haga feliz”. Todos se preocupan por las mismas cosas sin pensar en qué es lo que realmente será lo que nos llene las expectativas.
La felicidad se alcanza de diferente manera. Algunos cambian pañales, otros buscan ser jefes de su propia empresa. Y cada quién es feliz a su manera cuando luchó por alcanzar aquello que tanto quizo.
Por no renunciar a sus sueños.
Por eso, yo te digo que tienes que luchar por aquello que te llene los latidos. Aquello que te haga despertar motivado, quizá no todos los días, pero que tampoco te amargue la existencia.
Porque llega un día en el solo en pensar que tienes que ir a trabajar te provoca un malestar estomacal.
Luego piensas en el tener que aguantar a tus compañeros de trabajo, a tus jefes. Crees que tienes qué hacer las actividades que te encomiendan y que tanto detestas.
Pero todo es temporal hasta que tú lo decidas.
O hasta que tú lo necesites.
Así que anda.
Si ya estás sobre el límite medita las cosas.
Piensa en la mejor solución y atrévete.
En el camino tendrás un montón de historias para contarle a tus seres queridos.
Por más miedo que sientas no te arrepentirás cuando estés luchando por tus sueños y cumpliendo tus metas.
Porque recuerda… Tienes que hacer aquello que te haga feliz.
¿Qué haras hoy para conseguirlo?
Yo me enfocaré por ahora en hacer lo que me gusta.