Hoy por fin me alejé de quien me hace daño

Hoy por fin me alejé de quien me hace daño: La carta de una persona que terminó un amor enfermizo. Todos merecemos ser tratados con respeto. Ten dignidad.

Amor enfermizo. ¿Quién lo diría?

Este consejo te lo da una persona que ya salió de una relación enfermiza y tóxica: Ámate. Porque nadie lo va a hacer ni más ni mejor que tú.

Nunca imaginé que alejarme de alguien era mucho más sencillo de lo que creía.

Y sí: Es normal sentir miedo cuando estamos por terminar una relación que es sumamente tóxica. Creemos que al momento de terminar, van a explotar como granada y nos van a herir con un montón de reclamos y reproches.

Sin embargo después de tanto sufrir durante tantas noches con insomnio por esperar un mensaje o una llamada mientras él se divertía llegué a una conclusión:

Nadie se merece ser tratado con desprecio. Nadie merece tener un amor enfermizo.

Probablemente leas esto y pienses que todos los hombres son iguales o que las mujeres también son malas.

Tal vez a muchas personas no les importa el daño que puedan llegar a causar. Yo te aconsejo que te ames y que te demuestres ese amor propio todos los días.

Que te repitas todos los días frente al espejo lo valiosa que eres y lo hermosa que te ves cuando sonríes. 

Porque cuando te amas todo lo ves diferente.

Cuando aprendes a diferencias las críticas constructivas de las destructivas, cuando aprendes a diferenciar de quien dice que te ama de quien te demuestra que te ama.

Todo es más sencillo y todo fluye mejor cuando el filtro y el escudo del amor propio nos defiende de las malas vibras y de las personas que hablan a nuestras espaldas. De las personas que inventan rumores y están al pendiente de lo que haces y de lo que no.

El amor propio es la mejor cura y el mejor escudo para protegernos de todo lo tóxico como lo es un amor enfermizo.

Por eso te digo yo que salí de un amor enfermizo: Ámate. Porque nadie lo va a hacer ni más ni mejor que tú

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