Todos los hombres son iguales

Todos los hombres son iguales porque a todos nos gustan las mujeres. Y cómo no nos va a gustar una mujer que huele rico o que cocina delicioso. Y ni hablar de su cuerpo, porque si eres un buen conocedor, te van a gustar con todo y sus defectos. Que para quien lo sabe apreciar

Todos los hombres son iguales porque a todos nos gustan las mujeres. Y cómo no nos va a gustar una mujer que huele rico o que cocina delicioso. Y ni hablar de su cuerpo, porque si eres un buen conocedor, te van a gustar con todo y sus defectos. Que para quien lo sabe apreciar, esos defectos valen más que mil cirugías para tratar de evadir lo inevitable: El envejecimiento.

Así nos gustan mujeres, sépanlo. Nos gustan con arrugas y sin ellas, con estrías y sin ellas, con un poco de grasa o sin nada, chaparritas o altas, de tez blanca o morenas. Da igual.

Cómo no vamos a ser iguales si con tan grande belleza en sus ojos nos pueden robar el sueño, es más… ¡Yo me atrevo a decir que podría disfrutar del insomnio si una mujer me vuelve loco!

La culpa de que todos los hombres seamos iguales es de ustedes, mujeres. Porque si nos hacen reír, si nos hacen despertar, si nos hacen ver la luz en medio de la oscuridad, todos vamos a ser iguales.

Porque a todos nos gusta una mujer que se cuida, pero que se cuida en serio. Que sabe lo que vale y no permite que la pisotee un cualquiera.

Todos son iguales porque a todos nos gustan las mujeres. Pero solamente a quienes nos encantan, sabemos que solo necesitamos una sola mujer con alguna de esas cualidades para ser felices.

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