Mereces un amor maduro, un amor de un hombre maduro que te va a amar de pies hasta la última estría y arruga que vaya apareciendo en tu cuerpo. Jamás sentirá pena por tu estatura o por tus defectos y nunca te juzgará por tu pasado.
Un hombre de verdad te querrá todos los días, incluso en aquellos días del mes en los que ni tú misma te aguantas.
Ese hombre de verdad va a creer en tu libertad, amará tus ocurrencias, tus metas, ambiciones, y cada detalle que hace «perfecta» a una mujer.
Nunca querrá cambiar nada de ti, simplemente te ayudará a crecer, te ayudará a que tengas sed de ser mejor que ayer. Porque un hombre maduro no cambia, un hombre maduro ayuda a crecer y evolucionar.
Un hombre maduro te da alas, no te las corta. Te da la mano cuando estás en el suelo, el hombro para que llores cuando ya no aguantes más, sus brazos cuando no te sientes segura, y su calor cuando sientas frío.
Un hombre maduro no olvidará llevarte flores de sorpresa ni tampoco dejará de llamarte antes de dormir. No dejará pasar los pequeños detalles y tampoco sentirá pereza de escuchar tus emociones y tus sueños.
Cuando el hombre deja de demostrar estas emociones, cuando empieza a ausentarse, la mujer sin pensarla se va.
Y mujer, recuerda esto:
Todavía hay hombres que harán un esfuerzo por hacerte reír. Apoyarán tus sueños y tus metas. Escribirán notas de amor y dulces mensajes de texto. Te disfrutarán donde sea, no sólo en la cama.
Te preguntarán si ya comiste y te alimentarán por igual, la mente y el cuerpo. Todavía hay hombres que te amarán de formas que aún no conoces y que lo harán por ser la persona que eres y no sólo por cómo te ves.
Esa clase de hombres existe, y el amor que te tendrá, será tan grande que el inmenso mar sentirá celos de ustedes. Espero que lo encuentres. Es muy raro y especial, pero tú también lo eres.
Cuando una mujer se va
Un psicoanalista.
no regresa.
No hace ruido al alejarse
ella simplemente
deja de estorbar
donde no la necesitan.